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UNA EXISTENCIA COMO MONJE
¿Es posible que en nuestro presente, en nuestra vida actual, suframos los EFECTOS DE LAS VIDAS PASADAS que hemos experimentado? ¿Y ello incida en cómo experimentamos nuestra vida y sus resultados? De ser así: ¿cómo y por qué?
Con la Terapia de Regresiones a Vidas Pasadas estas preguntas se pueden responder.
Caso ejemplo número 2 de Efectos de Vidas Pasadas
La persona X2 preguntaba por varias cuestiones, una de ellas era su tendencia hacia aspectos más que religiosos, monásticos. Hacía tiempo, en un monasterio de Galicia, había sentido una sensación muy extraña, como de profunda atracción, familiaridad. Y no sabía si, realmente, quizás eso podría ser algo que debía explorar.
Aparentemente no tenía mucho sentido, porque no tenía una especial atracción por la religión católica, aunque formalmente pertenecía a ella. Pero tampoco se sentía confortable en medio de la sociedad actual: El ruido, las prisas, etc. El haber sentido esa paz, esa serenidad, en el monasterio le había dejado profundamente impresionado. «Me hubiese quedado, con gusto, allí para siempre. Nunca me he sentido, en ningún sitio, tan como en casa como allí».
Los inicios de una vida no dan pistas de lo que vendrá después
No entró, de primeras, en una vida pasada que tuviera relación alguna con esta cuestión. Cuando lo hizo, se vio en los suburbios de Paris, alrededor de 1800, una vida de pillo de la calle, con mucha suciedad y bastante pobreza. Un día, se ve a si mismo frente a una mesa de reclutamiento. Es alto, fuerte, y no tiene nada que perder, porque no tiene nada. Pagan bien por firmar un papel que no sabe apenas leer, y donde sólo pone con mala escritura un nombre: «Pierre».
La siguiente escena, está de uniforme en medio de una batalla, siente calor, mucha humedad. Está entre los demás soldados, vestido con pantalones blancos, botas, y algo como una chaqueta azul. Siente miedo, y nota que todos tienen miedo. Se aferra con fuerza a un fusil, con el que apenas sabe qué hacer. No saben qué hacer ni para donde ir, es más alto que sus compañeros, y mira más lejos, pero no mucho más, porque hay mucho humo. Dice: «Nos van a hacer picadillo».
Cuando la tensión es fuerte se tiende a salir de la experiencia
En ese momento todo se envuelve en humo. Cuando vuelve a verse a sí mismo, está caminando por caminos de tierra, rodeado de campos de trigo, o de algo parecido. Hace mucho calor, parece que es julio o agosto, pleno verano, y tiene la sensación que es el Sur de Francia.
Camina con otros soldados, cuatro o cinco, pero sin armas. Sigue con las botas, sucias y desgastadas. Las calzas ceñidas y una camisa blanca por fuera. Siente cansancio y hambre, llevan muchos días caminando, y ve que también llevan algún hatillo.
Según camina, a la pregunta de hacia donde va, responde que no sabe. No sabe que va hacer de su vida, nunca ha sabido qué hacer de su vida. Todo lo que ha hecho le ha resultado siempre extraño, que no se ha sentido pertenecer a nada, se siente perdido.
Algo conocido, a veces la vida, por si misma, da giros inesperados
Se paran a la sombra de los muros de lo que es un convento, o monasterio, y piden comida a los monjes, que salen y les dan mendrugos de pan y algo más.
Pero él lleva una bolsa de dinero, tiene la sensación que su estatura, y fuerza física, ha impedido que le quitaran el dinero que le habían dado por alistarse. El dónde y cómo lo había guardado no lo recuerda, pero sabe que, cuando ofrece dinero a los monjes para que le den de comer, le permiten entrar en el monasterio, y le dicen que espere en una especie de jardín de entrada.
En él hay sombra, no hace calor, se está bien, fresco, hay paz, calma, sosiego y reconoce la misma sensación, el mismo alivio de la vida, que tuvo en ese monasterio de Galicia. Hay un manzano, con unas manzanas amarillas muy atractivas, tiene hambre pero se contiene.
Llega un monje y le dice que le acompañe, le lleva a una cocina grande, con una mesa de madera larga. Le indican que se siente en un banco y, enfrente de él, en la mesa, le ponen una escudilla de madera, que rellenan con algo parecido a un guiso de color marrón oscuro y caliente. Su primera comida caliente en mucho tiempo, se siente feliz y come con ansia, pero conteniendo a la vez, como queriendo alargar ese momento. Al terminar pide hablar con quien esté al cargo del convento, ha decidido que, si puede, si le dejan, quiere quedarse allí.
¿Tus decisiones son realmente tuyas, o son sólo lo único que puedes hacer?
Le recibe en otra sala grande, con una cristalera detrás, otro monje, como subido en un alto, debe ser el abad.
Lo reconoce como una persona muy inteligente, alguien que ha conocido en la presente vida. Le trata con distancia, pero amablemente. Él le pide quedarse allí y ofrece su bolsa de dinero, que no es muy grande de cuero sucio marrón, eso no parece que le importe mucho al abad. Pero la toma, y le dice que, si quiere vivir con ellos, tendrá que olvidarse de todo lo que está fuera, que si será capaz de hacerlo.
Acepta porque no sabe qué hacer de su vida y sabe, por su vida en Paris antes del ejército, que sino se queda puede terminar mal. Tiene miedo de lo que va a encontrarse fuera, y lo que pueda llegar a hacer para sobrevivir, ya lo ha visto al encontrarse en medio de un ejercito. No sabe donde ir si no se queda ahí.
Hay varias escenas más, como una en que ve que ha aprendido a leer en latín, y como con el paso de los años engorda, tiene una gran panza y cuida del huerto, es feliz. Lleva una vida apacible, y sabe que fuera corren malos tiempos, no se arrepiente de haberse quedado allí pero, a veces, hablando con el abad, hablan de lo que podría haber sido su vida ahí fuera. El abad le dice que seguro que hubiese salido adelante, pero que se alegra de que se haya quedado con ellos.
En el momento de muerte, lo que no pudo ser, quiere ser
La siguiente escena es su muerte, y es muestra de otro de los Efectos de Vidas Pasadas en el presente:
Se ve en el lecho de muerte, no es muy mayor, quizás no más de cincuenta y pocos años, pero está muy delgado, se ha consumido por alguna enfermedad extraña y muere feliz, acompañado por el abad que le mira con preocupación, pero preguntándose qué habría sido su vida fuera de allí, le gustaría haber tenido el valor de haberlo intentado.
Es una sensación extraña, por una lado ha sido feliz y por otro siente como nostalgia de algo que nunca conoció.
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A veces tenemos miedo no por lo que puede suceder, sino por lo que sucedió, a veces tenemos deseos no por algo que queremos, sino por algo que quisimos en otros tiempos. Después de esto le quedó claro que en aquel monasterio de Galicia sólo había recordado la felicidad y la seguridad de un tiempo pasado, pero que no era lo que ahora debía de hacer.
Lo de la reticencia es normal, muy pocos son los que se abren a tan sólo investigar o tener en cuenta esa visión tan diferente sobre el karma, pero es normal porque al final lo que cuenta es la psicología, la influencia cultural de su entorno y la experiencia en la que no todos viven y ven las mismas cosas y pocos se encuentran con experiencias que pueden provocar plantearse cuestiones diferentes y genuinas, sobre todo cuando rompen el molde cultural de algo que se está poniendo de moda con esto del «despertar» y «evolucionar»
Me parece justo intercambiar notas, siempre es agradable compartir ideas, cuando pueda te comento en mail. 🙂
A tu disposición, como siempre, es lo primero. Lo segundo, iba a contestarte un poco más sobre el asunto pero he visto en un conocido blog una entrada sobre Karma que me ha dado la oportunidad de hablar con más detalle. Está pendiente de aprobación y veremos si me lo publican o también me lo censuran, sería el segundo blog que lo hace. Con lo que suceda comentaré aquí sobre el particular, porque ya resulta mezquino que los que van de espirituales no es que no se abran a investigar como señalas, sino que resulten tan apegados a su ego que no admitan otra palabra que la suya. Espero que esta vez me equivoque y tengan más apertura mental. Saludos
Esta vez no me han censurado, el comentario se publicó en un artículo de Maestro Viejo sobre el Karma y puede verse aquí:
https://maestroviejo.wordpress.com/2014/03/23/el-karma-y-sus-leyes/?replytocom=96959#respond
Estos ejemplos, me parecen didácticos e interesantes para hacerse una idea con un poco más de perspectiva práctica sobre como se mueve la rueda…
Aunque ya tenga mis propios casos, siempre interesa conocer otros para confirmar y contrastar ideas.
Gracias 🙂
Gracias a ti por comentar, si veo que hay interés en escribir sobre ellos añadiré alguno más, y si quieres publicar alguno que consideres significativo pásamelo y lo publicamos con tu nombre, como tu propia aportación.
interés siempre hay xD… al menos por mi parte jeje. La curiosidad nunca duerme. De todos modos todas tus entradas que he leído hasta ahora me han interesado, por eso busqué tu web, que no te lo he dicho pero no encontré el libro y el blog de casualidad, lo estuve buscando sin saber como se llamaba ni el blog ni el libro ni nada, solo a raíz de la pista de un comentario en un foro, que al leerlo pensé «¿Hay alguien por ahí que llegó a la misma conclusión que yo y que encima menciona que hay escrito un libro?, eso tengo que saberlo!». y mira que no soy dado a estas cosas pero sentí el impulso y no me arrepiento, estuve un par de días divagando por la red hasta que encontré la imagen del libro que me dio la pista, así que al final me ha sido muy útil la info y ampliar ideas nuevas y posibilidades.
Tal vez te cuente algún caso por privado de momento, porque no sé hasta qué punto lo consideraran creíble, ya que no son casos «normales» de gente desconocida, pero algún día soltaré eso lo tengo claro.
Si tienes interés envíame a mi correo un caso que te guste comentar, que nos muestre de qué forma estamos programados por nosotros mismos, nuestro pasado y condicionamientos. Como siempre no se dan nombres e, incluso, se cambian algunos detalles que podrían romper la privacidad que siempre tenemos que guardar y, por último, lo revisamos y, por supuesto, el artículo es tuyo y lo firmas tú.
A mí me gustaría mucho, sería un cambio agradable ya que he encontrado mucha reticencia tanto en personas del mundo de las regresiones, del Reiki y también de los que hablan de Karma. Es como si decir algo diferente, aunque pueda ser útil, fuera un sacrilegio (hasta me han censurado una entrada en un blog donde hablaba de Karma según mi punto de vista)…
Estamos tan metido en el NWO y su pensamiento único que hasta aquí que deberíamos ser más abiertos, por ser buscadores, nos cerramos en banda a la primera, pero no con la propia experiencia, sino con lo que escribió alguien, o se supone escribió alguien, hace quizás miles de años y ahí vamos todos a la una como mansos corderos, que es lo que les gusta a los que nos pastorean…
Gracias por comentar.