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Cómo entender un egoísmo sano y defenderse del egoísmo tóxico de las personas y esta sociedad
Esta es la definición, pero no es exactamente el sentido en el que quiero tratarlo. Al igual que en los artículos anteriores, las definiciones muchas veces no nos sirven para comprender nuestros problemas y menos aún resolverlos.
El Egoísmo es una etiqueta muy fea que nadie quiere acarrear. Decirte que eres un egoísta puede hacerte sentir muy mal o quedar mal. En público nadie le gusta que le digan que es un egoísta, ¿por qué? Porque socialmente el sacrificio por los demás está mucho más valorado que cuidarse a uno mismo. Cuidarse siempre tiene una etiqueta de superficialidad y de vanidad.
Tienes que entender todos estos aspectos para poder manejar correctamente el egoísmo.
1. El Egoísmo como Herramienta de Control
Si estás atento al discurso de lo que podemos llamar Narrativa Oficial, tú siempre eres responsable de todas las desgracias que acontecen en la sociedad: La contaminación, el cambio climático, los accidentes de tráfico, la crisis económica y así hasta el infinito. ¿Y qué te piden? Que te sacrifiques por el bien común. En otras palabras, que no seas egoísta porque eso es muy malo. De tal forma, te piden que entregues cada día más parcelas tanto de libertad, como de aportaciones económicas vía impuestos, multas o lo que se les ocurra, porque ahora incluso están planteando leyes para exigirte trabajos sociales…
Sin embargo, precisamente si estás atento, te darás cuenta que eso es para ti, la persona de a pie. Ellos, los que manejan el poder, te dicen que te tienes que sacrificar, pero por su parte no lo hacen, muy al contrario. Ellos por la dignidad del cargo, del culto, la asociación o de lo que decidan, tendrán todas las prebendas y sinecuras que puedas llegar a imaginar porque jamás nada les parece suficiente. Como, por tanto, no les es nunca suficiente lo que les entregues, ¿qué significa todo esto? Es simple: Te están colocando un programa más. Y siempre ha sido así.
2. El Egoísmo de la Generosidad
Por otra parte, hay personas muy generosas, ¿verdad? Pues sí, las hay, pero son menos de las que parecen…
En primer lugar tienes que tener en cuenta un pequeño detalle: Incluso las personas que consideras más generosas y se sacrifican por los demás, en realidad sólo están haciendo lo que más les agrada o les interesa. No, no te encrespes y pienses en algún modelo de persona que destaca por sus sacrificios, porque esa persona en ese sacrificio es donde se siente plena y realizada, por extraño que a otros les parezca. No es menos satisfactorio para quién así lo hace trabajar como médico en un país subdesarrollado, que para el que le guste la escalada subir al Everest… Evidentemente, me dirás que el médico aporta algo a otros que lo necesitan, pero no te hablo de esto, sino que desde el punto de vista de satisfacción interior sienten la misma.
¿Cuál es mejor? Pues si atendemos a lo que dan a otros, parece que el médico gana por goleada. Aunque el escalador bien podría decirte que pienses en lo que cuesta la escalada al Everest, y la cantidad de personas que con ese dinero logras que puedan vivir… No se trata aquí de entrar en una discusión sobre quién es más elevado o no, sino solo mostrar que, en cuanto al espíritu interior que impulsa la generosidad, no todo está tan claro como te lo quieren presentar.
Cuidado con la generosidad de ciertas personas, a veces solo encubre otras cuestiones
Y es aún peor cuando muchas personas que se jactan de generosas y hasta tienen fama de ello, en realidad solo intentan lograr ciertos objetivos personales de esa forma, que les puede permitir hacerse un buen cartel o, incluso, suplir ciertas carencias personales. Porque ser generoso, al contrario de ser egoísta, es algo que tiene un alto valor social. Aunque muchos de esos pretendidos generosos, incluso aclamados filántropos, en realidad lo que buscan es sacar beneficio por esa supuesta generosidad…
Dejo este aspecto aquí, porque tú mismo puedes comprender que el asunto de generosidad vs egoísmo no está tan claro como nos lo quieren presentar.
3. El Egoísmo ajeno que te somete
Al haber llegado a este punto, ya te habrá llegado a la cabeza el ejemplo de personas que, haciendo alarde de generosidad, en realidad sólo sirven a sus propios propósitos. Si estás atento, te darás cuenta que esas mismas personas que presumen de generosas son las primeras en exigirte ese mismo comportamiento, pero… ¿es real en su caso…? Tú sabes que no pocas veces, esas personas que te reclaman demostrar generosidad lo están haciendo por su propio interés. Explican lo generosos que son, lo malo que es ser egoísta, y acto seguido te encuentras con tener que ser generosos con ellos o con la causa (negocios) que defienden… ¿Nunca te ha sucedido?
Además, en este sentido, seguro conoces personas que se jactan de generosas, pero que no dudan en echarle en cara a otros lo mucho que han hecho por ellos. ¿Es esto generosidad?
Entre las personas con las que trabajo en Desarrollo Personal con Regresiones a Vidas Pasadas, no pocas veces te encuentras con las quejas de una persona que, más o menos, dice: Es que ya no sé qué hacer para que… El para qué se puede referir tanto a su trabajo, situación familiar, sentimental, de amistades o lo que sea. La persona se afana, con todas sus fuerzas, en hacer todo lo posible para ganar algo en alguna de esas área sin obtenerlo. Y lo que más destaca es que siempre hay alguna persona que abusa de ese afán.
Este tipo de debilidad, nacida de una fuerte implantación de ese programa, le lleva a la necesidad actuar dando constantemente, y si no lo hace se siente culpable.
4. Entender el Egoísmo
Todo lo anterior es para llevarte a un análisis frío de este asunto que es cómo tienes que enfrentar este problema. Otras cuestiones requieren otros recursos como obtener información oculta del inconsciente, pero este problema sólo requiere pensar fría y detenidamente dejando las emociones al margen. Tiene que hacerse así precisamente porque las emociones que lleva aparejadas tienen un origen muy claro: un programa social. Debes entender ese programa y su fin.
Debes comprender que, incluso en sus facetas que podríamos decir más elevadas puede estar corrupto, porque es algo que la religión también ha aprovechado. Hay una idea muy difundida que es que está claro que si has sido tan afortunado en tu vida debes compartir esa fortuna, ¿verdad? Pero, ¿por qué los que menos han hecho por mejorar su vida son, precisamente, los que más reclaman de otros ser generosos con ellos? Ya, ya les escucho… Es que han tenido mala suerte. Pues detente a mirar y verás que, en líneas generales, las personas tienen mucha más suerte de la imaginable y si no, ¿cómo sería posible que muchas con tan poco esfuerzo vivieran vidas tan cómodas?
Despójate de toda emoción sobre esto y trata de mantener un análisis muy frío, porque cuando lo hagas comprenderás que no pocas veces ni pocas personas han abusado de ello.
5. El Egoísmo Bien Entendido, la Solución al Problema
Frente a todo esto, ¿qué podemos hacer para enfrentar esta emoción que puede que nos haya zarandeado muchas veces? Si has caído en el uso y abuso que la sociedad y las personas pueden haber llevado a cabo contigo, que no es sólo material sino también emocional y de muchos más órdenes, ya que se aprovecha para ejercer su poder de control sobre ti, se trata de sustituir un hábito por otro.
Y es muy simple, hazte una pregunta: ¿Qué puedo hacer hoy, aquí y ahora, para mejorar mi vida? ¿Qué puedo hacer hoy para que mi vida sea mejor que ayer, y que mañana sea mejor que hoy? Esto es egoísmo bien entendido. Estás mirando para ti, para crecer y mejorar en todos los aspectos. Aquí no te quedes en la parte moral, intelectual o la que puedan pretender desde cierta ideología es positiva, sino llega hasta la más pura material. Piensa que sólo puedes dar naranjas si tienes naranjas. Haz que tu vida sea más rica y abundante en todos los aspectos, haz que crezca, que mejore y que se eleve.
Lo que queda claro es que si bien la respuesta es simple, llevarla a cabo no lo es tanto. Sin embargo, pensar que te estás cuidando, que pasito a pasito estás mejorando, te estimulará más que la recompensa que, normalmente, no llega de los que te piden tu generosidad para ejercer su propio egoísmo sobre ti. Haz lo que tengas que hacer por los demás porque así lo eliges, pero no lo hagas esperando gratitud porque raramente llegará, ni tampoco porque te sientas obligado a ello. Ambas cuestiones son un error.
Ni tampoco te infles alardeando de aquello que hagas generosamente cuando, tal vez, sólo estás haciendo porque te produce satisfacción. Eso es de pobres de espíritu.
6. Detalle final sobre el Egoísmo
He traído este punto aquí porque en el trabajo de Desarrollo Personal y Regresiones a Vidas Pasadas es un problema recurrente. Incluso hay personas que están agotadas física y mentalmente, que ya no pueden más y todo es porque llevan toda su vida intentando dar lo mejor de sí mismas a ideas preconcebidas, personas y hasta grupos sin, realmente, recibir nada a cambio, ni unas gracias sinceras. Su vida se ha transformado en un dar y dar sin cesar, pero ni ellas mismas son conscientes del problema porque… ¡Es tan maravilloso dar!
Este flujo constante hacia fuera, negando a la persona su propia atención y cuidado en primer lugar, que es lo que este programa del egoísmo busca al utilizarlo como una lacra y carga, para lograr situar intereses externos a ella como primordiales la deja literalmente vacía. Si a esto le sumas ese odio o rechazo profundo del que antes hablaba y que, normalmente, suele ser el origen de este intentar dar y dar constantemente, como queriendo compensar su falta de amor buscándolo en otros, o la aprobación del grupo o la sociedad y con la que pretende sentirse mejor, comprenderás que esto no lleva a ningún sitio.
Recuperar el foco en el propio centro y autoestima
En este trabajo de Regresiones a Vidas Pasadas observas cómo en existencias previas esto ha destruido a muchas personas. Como este programa se instaló en ese pasado y todavía las condiciona en el presente, haciendo que su vida sea insatisfactoria. La clave ayudar a la persona a que recupere su centro y autoestima, con el fin de que haga por ella lo que lleva, conscientemente o no, haciendo toda su vida para otros. Es clave porque es lo que puede cambiar para siempre un modo de proceder que nunca podrá darle lo que busca: Equilibrio y profunda satisfacción interior.
Ama a tu prójimo como a ti mismo, debería invertirse, no poner al otro primero, o debería decirse: Ante todo ámate a ti mismo. porque sólo así podrás amar realmente a tu prójimo.
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