No requiere que sea paseando, sólo prestar atención y puede llegar a sorprenderte por su sencillez y efectividad.
Lo curioso es que descubrí por mi mismo este ejercicio hace más quince años, pero posteriormente supe que Thich Nhat Hanh, del que hablo en este audio y que me inspiró para este ejercicio, precisamente habla de él y tiene una página web dedicado al mismo.