Esta entrada es para responder a un comentario, que podrás leer más abajo, en el que una persona me hacía una pregunta sobre lo que indica el título.
A ello respondí que el problema no está nunca en pedir, sino en «cómo, de qué forma, por qué, para qué, desde qué estado interior y qué realmente estamos pidiendo…».
El problema no es nunca es el hecho en si, sino no nosotros. Es lo mismo que con otras muchas cosas, ¿es acaso bueno o malo un cuchillo? Dependerá de con qué fin lo utilices, el cuchillo es una mera herramienta. Pedir, o lo que podríamos llamar orar, es u na herramienta. El efecto de su uso no depende de la misma herramienta, sino de la propia persona.