¿Acaso es necesario Reivindicar el Poder de la Mente en un mundo donde se nos dice que hay un exceso de materialismo?
Pues cuando en ese mismo mundo, al mismo tiempo, se nos quiere convencer, por poner un ejemplo y es uno de entre tantos, que el sexo no depende de los cromosomas, sino de lo que crees que eres, esto es, una pura creencia sin base científica alguna, creo que es más que posible.
Porque esta es la base de la religión y la superstición: imponer creencias sólo en base a la fe y el dogma. Una cuestión son los gustos particulares de cada uno, el cómo uno se sienta con respecto a determinados asuntos, y otra muy diferente que ese sentir sea la realidad y no una percepción particular. Percepción muy respetable, desde luego, pero no por ello es ciencia.
Y, al día de hoy, a pesar de que nos dicen que este es un mundo materialista, se quiere anular lo más básico que es la mente, la Razón, en base a consideraciones particulares, y la ley parece que quiere terminar siendo: Tal como yo lo siento es la verdad. ¿Pero… es cierto?
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La Razón Pura como base del Poder de la Mente
Cuando desprendes la mente de todo aquello que no sea razón pura, cuando eliminas todas las creencias, supersticiones y prejuicios es cuando puedes aprovechar su poder. Sino es como una radio mal sintonizada, sólo obtendrás interferencias.
Esto, cuando se piensa desde un punto de vista de espiritualidad, donde la parte que no se percibe desde los propios sentidos físicos es tan importante, puede parecer una incongruencia, o incluso una limitación, pero es justo lo contrario.
Si te diriges hacia cualquier práctica de orden espiritual debes hacerlo con la mente lo más clara posible, tal como ya traté en Sueños Lúcidos, debes desprenderte de supersticiones, pre-concepticiones o prejuicios. Si crees que ciertas cosas son de una determinada forma, si estás absolutamente convencido de ello, en el momento que entres en ciertos estados de la mente eso se potenciará, no se aclarará.
Este es el motivo de Reivindicar el Poder de la Mente y de su función más elemental, la Razón pura, desprendida de prejuicios y supersticiones, de todo aquello que no sea más que una creencia sin posible demostración. Concepciones que quizás suenen bien y sean amables, pero no por ello reales.
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