Si no eres capaz de dominar tus demonios internos, tus miedos, dudas, debilidades, hábitos nocivos y todo lo que te hace frágil y manejable, ¿cómo quieres dominar otros demonios externos como parásitos y todas esas cuestiones de las que tanto se habla? Debes empezar por ti mismo, sino no irás a parte alguna.
Hoy quiero compartir contigo una reflexión sobre un tema que he visto surgir frecuentemente en conversaciones: la parasitación, las abducciones y todas las historias que giran en torno a esto. Todos hablan de ellos como adversarios, pero muy raramente explican que primero debes dominar tus demonios, esos que viven en tí y a tu costa.
Como te puedes imaginar, he abordado este tema en numerosas ocasiones a través de regresiones. Es algo con lo que estoy familiarizado. Es algo que he observado y trabajado extensamente. En ello he visto más de lo que me hubiera gustado, y he notado que, desde un nivel normal de Consciencia, las personas están incapacitadas para enfrentarse a estas situaciones. No tienen la capacidad necesaria para hacerlo. Es imprescindible ayudarles a acceder a un nivel superior para que puedan lidiar con ello.
Sin embargo, he escuchado a muchas personas hablar de ello desde una perspectiva que te das cuenta que es irreal. Observas a quién habla y te preguntas: ¿cómo se refleja esto en tu día a día? Si no puedes controlarte a ti mismo o a ti misma, ¿cómo podrías imaginar que tendrás control sobre energías externas, demonios o parásitos? Y me doy cuenta que hay una gran distancia entre lo que pretende decir que se puede hacer y su capacidad para lograrlo. Hacerse la ilusión de que lo hace y que esas «entidades energéticas» le permitan que se lo crea, eso sin duda, pero que realmente las domine… Eso es «harina de otro costal».
Es imposible controlar algo externo si no has enfrentado y vencido tus propios demonios internos: tus miedos, inseguridades y debilidades. Y esto no es algo que muchos hayan hecho y logrado. Falta esa disciplina del día a día que se refleje en algo más que palabras.
Piensa en esto como un entrenamiento de combate. Si no tienes la fuerza física mínima para resistir el ejercicio más básico, ¿cómo podrías enfrentar a un adversario real? Golpear un saco de boxeo no es lo mismo que enfrentarse a alguien que te devuelva el golpe. Esta metáfora ilustra que, primero, debes fortalecerte interiormente.
Crecer, desarrollar resistencia y trabajar en tu interior son pasos indispensables para enfrentarte a cualquier desafío externo.
Entonces, te pregunto: ¿qué estás haciendo para vencer tus demonios internos, tus debilidades, tus miedos, tus hábitos nocivos, tus… ? Si no estás haciendo lo suficiente o, tal vez ni siquiera nada, debes saber que es imposible enfrentarte a energías externas, porque todo esto es una cuestión de vibración.
Si tu vibración está anclada en el miedo, la inseguridad o la debilidad, no tendrás fuerza para superar nada externo. Esa vibración te drena y no te aporta energía real.
Por eso, mi invitación es clara: trabaja en ti mismo. Crece, desarróllate, enfócate en tu interior. Solo así podrás elevarte por encima de cualquier obstáculo externo.
Contenido del Artículo
Enlaces de Interés
Lista de Reproducción:
🤔¿REENCARNAR vida tras vida? ¿POR QUÉ y PARA QUÉ?
Libros Recomendados
Lo que no quieren que sepas que te hace reencarnar y por qué lo ocultaron: «Vuelo a la Libertad o el sinsentido del Karma«
¿Sientes que frente a determinadas situaciones reaccionas emocionalmente sin poder evitarlo? ¿Tienes sentimientos de ahogo, angustia, presión en el pecho, e incluso dolor?
La Terapia de Regresiones te puede ayudar a lograr la calma, la seguridad y la paz en tu corazón.
¿Te ha gustado?
Subscríbete y recibe las publicaciones en tu bandeja de entrada. Así no te perderás ninguna.
Aquí tienes más contenidos que espero que te gusten: