Hoy, dentro de la serie iniciada con «Dejar de Reencarnar – Parte 2» (y que debe verse antes que este artículo y vídeo), un asunto que te sonará extraño: El Alma Huye.
¿El Alma Huye? ¿Cómo es eso posible? Si el Alma es algo que tengo, que está conmigo, que es lo que soy… Sí, tal vez esa es la idea, pero, ¿podrías echar de menos algo que nunca has conocido?
Y ese es el problema: No conoces tu Alma. Entendiendo por Alma el Ser que Eres, la Consciencia, tu Razón última, lo llames como lo llames, lo designes con el nombre que tu prefieras.
En este vídeo te voy a mostrar que, quizás, eso que crees que está ahí, siempre contigo, quizás no lo esté tanto. Tal vez, como tantas otras cosas, es una bonita y placentera ilusión que no hacemos. Porque si fuéramos sinceros, ¿realmente estamos a la altura de algo tan elevado, nuestros actos están a su altura?
¿Por qué el Alma Huye?
A lo largo de los años, de trabajo con la Terapia de Regresiones de Vidas Pasadas, y examinando una técnica concreta que se utiliza en ellas, descubrí que eso que llamamos Alma, en momentos muy concretos de la existencia se ausenta. Esos momentos son, de forma más notable, aquellos en los que se sufre un gran dolor.
Sin embargo, termina siendo mucho más que eso, porque el entorno en que vives no facilita la expresión de algo tan elevado. Es como si se bloqueara la relación que deberíamos tener con ella porque no permitimos que respire.
Sé que te suena raro, y lo sé porque nunca nadie antes te lo ha explicado. Por ello, si quieres darme la oportunidad de hacerlo, quizás descubras algo que no esperabas descubrir, y que te explique muchas cosas.
Enlaces relacionados:
Primer artículo de la serie: Dejar de Reencarnar – Segunda Parte
Interesantísimo lo que dices, PERO PÉSIMO EL AUDIO…. ojalá puedas mejorarlo, cuesta mucho entender lo que dices
Tienes toda la razón. Es un tema que me ha llevado de cabeza con una cantidad de horas que no te creerías, pero ya está solucionado. En el Vídeo sobre los Espacios Entre Vidas, el 6, ya está correcto.
Siento las molestias.