Hoy, dentro de la serie iniciada con «Dejar de Reencarnar – Parte 2» (y que debe verse antes que este artículo y vídeo), quiero mostrarte como vida tras vida tus traumas y su carga aumenta.
Quizás la idea de que te cargas de traumas, vida tras vida, te sea difícil de aceptar. De hecho, hay una vieja teoría, que dice que cuando vienes a la vida, dejas atrás aquellas cosas que ya no te sirven.
Sin embargo, esa vieja teoría, como otras, ya están superadas, porque el trabajo con Regresiones a Vidas Pasadas nos muestra lo contrario: Que no los dejas ahí, en el perchero de la entrada, antes de iniciar una nueva vida, sino que están presentes en tu vida.
Piénsalo… Si así fuera, las Regresiones carecerían de sentido. Y de ser cierto, eso sólo lo sería si fueras absurdamente masoquistas, porque se puede observar que un trauma no sólo afecta a la vida posterior a la cual se originó, sino a múltiples vidas posteriores, limitándote, creándote problemas, sufrimiento…
En Vuelo a la Libertad o el sinsentido del Karma abordé por primera vez esta realidad, que tu vida no es el resultado de algún hecho del pasado por el que pagas, o un aprendizaje a realizar, sino por cómo has interpretado ese hecho.
Esto lo puedes observar tanto en las Regresiones más normales, aquellas donde sólo intervienen tus experiencias pasadas, como también aquellas donde existe parasitación, porque esta te sigue vida tras vida. Y, vida tras vida, no es que los traumas se disipen en el éter, sino que te acompañan, haciendo una labor acumulativa, una carga, por ello digo que te cargas de Traumas.
No sólo Cargas Traumas de Vidas Pasadas
En este vídeo, hablo de lo que sería sólo un conjunto de experiencias de vidas pasadas, pero en una vida normal, tienes que darte cuenta que también están incluidos los traumas olvidados de la infancia, o incluso del periodo prenatal.
Este vídeo sólo quiere que tengas presente que tú, como yo, como todos, traemos mucho más de lo que parece. Que nuestra apariencia de equilibrio, quizás sea sólo eso, una apariencia, y que por ello, nos es tan fácil caer en actitudes y pensamientos, que contradicen lo que de ese equilibrio cabría esperar.
No somos tan equilibrados como pretendemos, parece que ese equilibrio siempre está en precario, intentado sostenerlo con todo tipo de creencias que nos reafirmen, que nos den seguridad, pero que al final nos hacen más débiles, porque nos van demostrando que tampoco ellas solucionan el problema.
¿Y cual es el problema? Que quieras o no reconocerlo, vida tras vida te has ido cargando de traumas, que de la misma forma que dejarás para próximas vidas los traumas actuales, también llevas cargas de traumas de muchas vidas pasadas.
Enlaces relacionados:
Primer artículo de la serie: Dejar de Reencarnar – Segunda Parte
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