Saber o Conocimiento son palabras que pueden considerarse sinónimos, intercambiables.
Pero, para podernos entender, me refiero a Saber como todo aquello que hemos aprendido, pero no hemos sometido a prueba, a experiencia, mientras que Conocimiento, es aquello que hemos podido probar por nosotros mismos y, por tanto, realmente comprender e integrar en nosotros.
Quizás suene un poco al revés, ya que normalmente se dice del conocimiento es eso que adquieres estudiando, y la sabiduría es lo referido a los venerables ancianos. Los cuales han experimentado una larga vida, es cierto. Pero en este caso, quizás definirlo así pueda ser más útil, porque no hablo de sabiduría, sino de saber, o creer saber, frente a lo realmente conocido, experimentado.
La diferencia está en la seguridad
Porque ese Conocimiento ya te acompañará para siempre, a diferencia del Saber que te lo podrán discutir, argumentar, manipular, o lo que sea. Lo experimentado por uno mismo no admite discusión posible.
Tú has sometido ese Saber a la experiencia, y si esta experiencia la sometes a su vez a la reflexión profunda, tendrás Conocimiento, real, propio, no ajeno. Y de este nunca te podrán hacer dudar.
Y cuando has llegado a ese Conocimiento, sabrás que, de alguna forma, has cambiado y progresado. Porque no hay progreso si no hay cambio. Nadie progresa si es siempre la misma persona, progreso siempre es cambio, y viene de la mano de aquello que has llegado a conocer, pero de primera mano.
Y nadie progresa si no ha cambiado. No puede decirse yo no he cambiado, soy la misma persona que siempre, y pretender que ha progresado.
¿Sientes que frente a determinadas situaciones reaccionas emocionalmente sin poder evitarlo? ¿Tienes sentimientos de ahogo, angustia, presión en el pecho, e incluso dolor?
La Terapia de Regresiones te puede ayudar a lograr la calma, la seguridad y la paz en tu corazón.
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