Sin Hacer Nada, Tus Enemigos Caerán (y 2)

En el artículo y vídeo anterior exploré lo que para mi era una paradoja sobre la que quería conocer tu opinión: ¿Tus enemigo caerán sin tu hacer nada? ¿Es eso posible? ¿Te ha sucedido?

Es algo que he observado me ha sucedido en mi vida, ¿pero realmente no hice nada? Yo sabía que no era cierto, pero quería conocer tu experiencia, por eso preguntaba.

Porque hay un matiz crucial: no se trata de aparente pasividad, generalmente edulcorada con ideas aparentemente muy elevadas. Porque, no pocas veces, es solo pura cobardía que intenta evitar males mayores. Lo cual, generalmente, no logra evitar nada, solo empeorar las cosas.

En cambio, se trata de acción estratégica centrada en nuestro interior, actuando libre de emociones negativas evitando involucrarte de forma personal en lo que te está sucediendo.

En ese vídeo y artículo te preguntaba, hoy voy a explicar mi propia visión de todo ello, de cómo el desapego emocional y la coherencia interior activan fuerzas que equilibran la balanza y hacen que, sin que aparentemente hagas nada, logre que veas como tus enemigos caen.

1. La paradoja de ciertos resultados

En el artículo y vídeo anterior compartí experiencias personales donde personas que me habían hecho daño terminaron mal, sin que yo interviniera. No lo busqué ni lo provoqué. Solo sucedió. Aquello dio origen a una conversación para ahondar más en esa observación: ¿es cierto que si tú no haces nada, tus enemigos caen?

La respuesta es matizada: sí, pero no siempre. Hay momentos en que tu transformación interior tiene un impacto tan fuerte en el entorno que las situaciones se resuelven sin necesidad de conflicto. Sin embargo, también hay situaciones en las que callar, aguantar o mirar hacia otro lado solo empeora el problema.

2. El error de tomarse todo como algo personal

Durante años, en el mundo empresarial, me enfrenté a muchas personas que me atacaron directa o indirectamente. Yo respondía con la misma moneda: batallas, estrategias, confrontación. Y aunque gané alguna de esas batallas, también perdí guerras enteras, porque esos enemigos no solo no caían, sino que incluso crecían.

Con el tiempo, entendí que la clave era no engancharse emocionalmente. Aquello de la propia importancia personal de la que había que librarse. Cuando dejé de tomarme las agresiones de esa forma y comencé a ver un cuadro más completo, precisamente menos personal, mi forma de enfrentar la vida cambió.

No fue fácil. Fueron años donde escribir, reflexionar y meditar me ayudó mucho. Todo esto cambió mi foco: en vez de fortalecer mi posición exterior, incluso mis recursos intelectuales, asentar la determinación y fuerza en mi interior y, curiosamente, fue entonces cuando empece a ver lo que digo: que si se dan ciertas circunstancias a nivel interior, tus enemigos caerán sin, aparentemente, hacer nada. Por lo menos, sin que físicamente hiciera nada, sin que moviera un dedo.

3. El autoengaño de “si tú estás bien, todo está bien”

Uno de los errores más peligrosos que observo es el cliché espiritual de que “si tú estás bien por dentro, todo estará bien por fuera”. Esa afirmación, aunque inspiradora, no resiste el contraste con la realidad.

Puedes estar perfectamente alineado contigo mismo, en paz, sereno… y aún así recibir ataques, encontrarte con conflictos, sufrir injusticias. Porque el mal existe, porque el mundo está lleno de fuerzas en tensión, y porque cuando tú empiezas a brillar, tu luz también incomoda.

No es una cuestión de encontrar una solución mágica. Es una cuestión de realismo: el que está dormido cree que puede iluminar todo sin que lo ataquen. El que ha vivido sabe que el clavo que sobresale pide martillo.

4. Defenderse también es un acto espiritual

Hay una línea peligrosa entre ser espiritual y ser ingenuo. Muchas veces confundimos la no violencia con la pasividad total. Pero, cuando alguien te amenaza, te agrede o pone en riesgo lo que amas, defenderte no solo es válido, es necesario y, diría que, ademas, se alinea con algo más grande que ideas y creencias: La Ley Natural.

Citaré un ejemplo contundente: los Sikh, una religión nacida en la India en el siglo XV, llevan siempre un puñal consigo como símbolo de su compromiso con la defensa. ¿Por qué? Porque sufrieron siglos de barbarie y entendieron que sin defensa no hay libertad ni dignidad.

La espiritualidad auténtica no rechaza el conflicto cuando este es inevitable. Pero sí exige que antes de entrar en combate, encuentres tu centro, tu verdad interior, lo que algunos llamarían “la divinidad”. Porque si entras en la batalla desde el odio o el rencor, te perderás en ella.

5. No te cuentes cuentos

No pocos comentarios que recibí tras el primer vídeo tenían un punto en común: querían sostener la idea de que basta con estar bien por dentro para que todo afuera se alinee mágicamente. Y no es así.

Yo he vivido momentos en los que, estando en paz, me han atacado. Momentos donde he tenido que tomar acción directa, mirar a los ojos al agresor y dejar claro que no soy presa fácil. No se trata de violencia, se trata de presencia, fuerza y claridad.

También he aprendido a proteger mi energía. En reuniones, ambientes tóxicos y situaciones donde bajas vibraciones quieren alcanzarte, protegerse no es egoísmo, es higiene mental y emocional.

6. Ayudar sí, pero sin cargar con lo que no te toca

Otro punto importante: ayuda cuando puedas, pero no te cargues con lo que no es tu responsabilidad. He ayudado a muchas personas, de muy diversas formas más allá de las regresiones a vidas pasadas y el coaching, y he visto cómo muchas de ellas, a pesar de todo el apoyo, no hacen nada con lo que reciben.

Tú puedes abrir la puerta, pero no caminar el camino por otro.

Aun así, si la vida te pone en posición de ayudar a alguien, no lo dudes: hazlo. No por recompensa, sino porque es lo correcto.

7. Conclusión: entre la luz interior y la acción consciente

El mundo no es un lugar justo ni perfecto. Pensar que todo se resolverá si tú estás en paz es una trampa. La luz interior es fundamental, sí, pero debe ir acompañada de acción, de presencia, de defensa si es necesario.

Es cierto que tus enemigos caen sin que hagas nada, pero solo cuando tú has hecho un trabajo interior que te ponga fuera de su alcance. Sin embargo, incluso así, a veces, te tocará levantar la voz, poner límites, proteger lo que amas.

No se trata de elegir entre luchar o meditar. Se trata de saber cuándo hacer cada cosa. Porque, al final, el crecimiento interior no es aislamiento, es capacidad de vivir con fuerza en un mundo que muchas veces no está preparado para tu luz.

8. Enlaces de Interés

Lista de Reproducción: Reflexiones Breves

La Lección de la Guerra – Bhagavad Gita

La Lección de la Divinidad – Bhagavad Gita

La Lección Final – La Lección de la Muerte – Bhagavad Gita

Libros Recomendados

Lo que no quieren que sepas que te hace reencarnar y por qué lo ocultaron: «Vuelo a la Libertad o el sinsentido del Karma«

Y recuerda que si quieres que te ayude en tu crecimiento y desarrollo personal, trabajo tanto con Regresiones a Vidas Pasadas como con PNL y otras herramientas de coaching para que puedas lograr los objetivos que buscas en tu vida.

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